Francisco Marhuenda defiende la separación de poderes en su ingreso en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
El director de LA RAZÓN fue acompañado durante la celebración
del acto por más de 250 asistentes
del acto por más de 250 asistentes


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Con el cultivo del Derecho y la contribución al perfeccionamiento de la legislación como grandes objetivos, la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España amplía su familia. Ayer se celebraba el ingreso en la institución de Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN y Académico de Número con la medalla 36. Esta incorporación se produce tras salir adelante una candidatura presentada por los miembros José Antonio Escudero, Juan Antonio Sagardoy y Tomás Ramón Fernández, recogiendo el testigo del jurista Juan José Pinto Ruiz, fallecido en 2020. Accede a la institución que preside Manuel Pizarro Moreno, y para su celebración ofreció un discurso de ingreso titulado «La separación de poderes y el futuro del Estado de Derecho».
Marhuenda iniciaba su discurso con palabras de agradecimiento a la Academia, subrayando «su ingente labor y la calidad de su obra académica» como fundamento «del enorme prestigio que goza desde su fundación en el siglo XVIII». Un agradecimiento que hizo extensible a personas decisivas en su carrera profesional y personal, como es su familia, o José Creuheras, presidente del Grupo Planeta, entre otros nombres. Continuaba con una semblanza de su predecesor, un «extraordinario jurista y una persona de una enorme calidad humana», destacaba, «un intelectual de amplios registros, íntegro, divertido, vital, polifacético, ingenioso y un trabajador infatigable que triunfó en todos los ámbitos profesionales y personales».
El también profesor continuaba proponiendo una «reflexión sobre la limitación del poder» y una amplia defensa de la separación de poderes. Recitado en compañía del presidente de la Academia y frente al Académico Fernández de Buján, encargado en nombre de la Corporación de contestar al recipiendario, fueron más de 250 asistentes los que recibieron sus palabras, entre los que figuraban Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, así como compañeros abogados, periodistas, embajadores, empresarios, amigos y familiares, entre otros.


En un exhaustivo análisis, Marhuenda situaba la separación de poderes como «un principio fundamental en la teoría política que busca distribuir las funciones del Estado entre diferentes órganos para evitar la concentración del poder y garantizar su gobierno equilibrado». Subrayaba cómo, sin embargo, estos poderes se enfrentan hoy «a serios problemas. Ciertas prácticas del Poder Ejecutivo están poniendo en riesgo la estructura constitucional». Entre ellas, señalaba «el uso abusivo de los Reales Decretos Ley», algo que ha sido «asumido como un instrumento al servicio de los intereses del Gobierno para obviar el procedimiento parlamentario». Continuaba el director de LA RAZÓN apuntando que «el principio de meritocracia se ha devaluado», advirtiendo de que «la Administración no debería ser contemplada como un botín». Se ha producido «un asalto al sector público empresarial y a los organismos institucionales sin importar los conceptos de mérito y capacidad a unos niveles que no tienen precedentes». Es fundamental, defendía, «no prescindir de la necesidad de garantizar la fortaleza e independencia del Poder Judicial para que cumpla con plena eficacia sus funciones constitucionales, pues un Estado de Derecho sin justicia no es un Estado de Derecho».
«La Administración no debería ser contemplada como un botín, como sucede hoy»Francisco Marhuenda
«Todo gira en torno al derecho», continuaba Marhuenda en su crítico retrato del paisaje jurídico y político español actual, asegurando que «estamos asistiendo a una peligrosa degradación de las instituciones con ataques directos a la separación de poderes y el Estado de Derecho». Señalaba la situación de nuestro país, y dentro de un marco protagonizado por «una falta de liderazgo en la propia Unión Europea» como una de las más preocupantes. Uno de los problemas, continuaba, «es que la gobernabilidad se sustenta en aliados que imponen sus condiciones y se ignora la importancia de negociar con la oposición. Estamos inmersos en un contexto de polarización que beneficia a los extremismos».

Otras muestras de la deriva del Gobierno, apuntaba, es que «se pretende aprobar una ley que suspendería los procesos judiciales que afectan a los familiares del presidente del Gobierno. Es algo que no ha sucedido en ninguna democracia». A ello se une «una reforma del acceso a la carrera judicial que sustituiría el mérito y la capacidad por la arbitrariedad bajo la pretensión de democratizar la Justicia», destacaba, situándolo como algo que «nos retrotrae a las épocas o modelos más oscuros de control del Poder Judicial». Es fundamental, ante ello, «no deslegitimar las instituciones del Estado, los partidos, los jueces y los medios».
Referencia en la materia
No hay sabiduría sin conocimiento de la historia y de sus pormenores, y por ello Marhuenda destacó las enseñanzas de Jesucristo, pues «plantean un liderazgo sustentado en el servicio, porque el poder es un medio para servir al bien común en lugar de ser un fin en sí mismo». Desde Grecia y Roma, pasando por la Edad Media, la Moderna y los últimos siglos, el nuevo académico subrayaba la importancia en este aspecto de las aportaciones de nombres como Locke y Montesquieu.
Para finalizar el acto, y en contestación del recipiendario, el académico Fernández de Buján tomaba la palabra. Arrancaba subrayando «la sobresaliente trayectoria intelectual y profesional de nuestro académico», refiriéndose a sus numerosos logros, méritos, reconocimientos y obra publicada, así como a sus facetas como profesor de Universidad, como periodista y como político. Ante su defensa de la separación de poderes «resulta fundamental realizar un recorrido histórico», apuntaba Fernández de Buján. Se refería así a lo analizado por el periodista en los primeros capítulos de su discurso, y ante lo que Fernández de Buján contestaba haciendo hincapié en su análisis ante la actual «erosión de los principios democráticos, que ha generado un distanciamiento de los principios de justicia y equidad que deben proyectar el funcionamiento del Estado». Un estudio, apuntaba el académico «llamado a convertirse en una referencia en materia de la separación de poderes y del desafío del Estado de Derecho, que aporta claves para el futuro estudio y desarrollo de la materia. Concluyo mi intervención felicitando en nombre de la Corporación a nuestro nuevo compañero por el excelente discurso».














